Teníamos dos opciones: estar calladas y morir o hablar y morir. Decidimos hablar (Malala Yousafzai)

¿Sabías qué las mujeres representan la mitad de las personas refugiadas en el mundo? Las migraciones forzosas actuales no son un fenómeno exclusivo ni mayoritariamente masculino.
A pesar de que los hombres que migran se ven enfrentados a situaciones de violencia, discriminación y vulneraciones en sus países de origen y tránsito, las mujeres se enfrentan a violencias específicas exclusivas e inherentes al hecho de ser mujer: la violencia de género, el matrimonio forzoso, la mutilación genital o la trata con fines de explotación sexual son solo algunas de las prácticas estructurales más graves presentes en los países de origen y tránsito de las mujeres de origen migrante que ahora viven con nosotras en España.
Muchas de las mujeres y niñas que llegan a nuestro país, se han visto forzadas a abandonar el suyo por sufrir o tener miedo a sufrir prácticas vulneradoras de sus derechos por el hecho de ser mujeres. Por lo que representa ser mujer en países donde existe desigualdad entre hombres mujeres – y donde debido a esta desigualdad y se ven expuestas a diferentes formas de violencia – tienen derecho a ser protegidas por España. A ser refugiadas en España debido a la persecución que sufren por motivos de género.
Los retos para realizar la propia ruta migratoria se presentan a menudo de forma diferenciada entre hombres y mujeres. Las vías irregulares de migración hacia España, en especial en la ruta africana, presentan una exposición constante de las mujeres y niñas a diferentes formas de agresiones y abusos durante su tránsito hasta Europa.
Una vez en España, los retos íntimamente relacionados a mujeres migrantes siguen estando muy presentes, así como las amenazas y las restricciones de sus libertades a las que han estado sometidas en los países de origen y en ruta. Las secuelas a nivel psicológico de la violencia sufrida también siguen estando muy presentes, y tienen un impacto muy grande en la estabilidad emocional y en bienestar de estas mujeres y niñas. Las dificultades aumentan cuando viajan con sus hijos o hijas para protegerlos de prácticas dañinas en los países de origen, o cuando se ven obligadas a dejarlos al cuidado de otros familiares.
Algunas arriban con menores que, a pesar de haber criado como propios según sus cánones culturales, no son necesariamente sus hijos biológicos. Fenómenos que se han visto confrontados con métodos cuestionados por nuestros poderes públicos, como la separación de madres y menores.
Pese a todos los riesgos y a la violencia vivida, estas mujeres y niñas que llegan a España muestran gran resiliencia y capacidad de enfrentarse a todas las dificultades y los retos del viaje y de la vida en el país de acogida.
Por todo esto, desde Maletas de Cartón reivindicamos este 25 de noviembre recordar siempre las particulares formas de violencia que sufren las mujeres que migran y nunca olvidar la perspectiva de género al analizar las migraciones y las formas de atender, proteger y acompañar en nuestro país.